Domingo, 9 am. El
pequeño de 3 años llega a la habitación de sus padres diciendo "mamá,
tengo sed, tengo sed" ... Mamá
quería dormir un poco más, pero al mismo tiempo sabía que no se iría si ella se
lo pedía, así que muy
en contra de su voluntad, se
levantó y se dirigió a la cocina. En modo zombi hizo leche
con chocolate y pan tostado con mantequilla. Como
ya estaba despierto y en la cocina, decidió prepararse un café y un pan para
ella también. El
pequeño siguió contando sus historias sobre monstruos y los planes para jugar, mientras
corregía a mamá sobre cómo debía comer su pan "Mamá, tienes que morderlo
así". Estaba
tan cansada que se dirigió a la sala y
se recostó en el sofá ... "No
mamá, no es para dormir, es para ver películas". Aún
en el modo zombi, mamá se sentó y se quedó mirando un punto en la pared. Entonces, el
pequeño dijo "ven conmigo" ... "¿a
dónde?" mamá le preguntó ... "a la
cocina, mamá", dijo, y ella lo siguió. Mamá
le dice constantemente a sus niños que se pongan las pantuflas si van a entrar
en la cocina, porque ahí no hay alfombra y el piso es tan frío que se podrían
enfermar fácilmente al entrar descalzos ahí. El pequeño se quitó una de sus
pantuflas y mamá dijo "si te las quitas me voy". El
chamaco se quitó la otra y eso fue la excusa perfecta para que mamá se fuera
directo al sofá y se acostara allí de nuevo. El
niño se quedó en la cocina por un tiempo, luego se unió a mamá en el otro sofá.
Fingió
que estaba dormida y no la molestó durante unos minutos. En eso, se escuchan
unos pasos por la escalera... "Buenos días
Iñaki", dijo el pequeño. "Buenos
días Iker", respondió su hermano mayor. "Mamá
está dormida, no hagas ruido", dijo el pequeño, pero el hermano mayor
fue directo a despertarla diciendo: "mamá, mamá, mira ... (mostrándole un
curita que ella le había puesto su mano la noche
anterior) no me duele, y puedo mover mi mano, ¡ya me curé! " "¡Maravilloso!",
le dijo su mamá con su más entusiasta voz zombi. Se
puso de pie y abrazó a su hijo, le dio un beso en la frente y se dirigió a la
cocina para hacer más lechita con chocolate y un pan con Nutela, el favorito de
Iñaki. Ya valió, no había más
oportunidad de dormir para mamá. Ella decidió
no luchar contra la situación, más bien fluir con ella: era momento de tomar un
baño. Antes
de eso puso la lavadora, guardó la ropa seca, tendió la cama de los niños y los
dejó listos para jugar, para que no molestaran a
papá, que seguía profundamente dormido. Entró
a la regadera y un minuto más tarde, sus hijos estaban peleando por algún
argumento absurdo, quizás los dos quería jugar con el dragón o ambos querían ser
el "power ranger rojo". No había mucho que pudiera hacer ...
pronto
se escuchó la voz de papá diciendo "está bien, sólo están jugando". Perfecto, papá está a cargo. Después de la ducha, es momento
de vestirse. Es
domingo, hace frío, no hay planes para salir, un buen día para quedarse en casa
y relajarse. Abrió
la puerta del armario y vio ese vestido azul que tanto le gusta y que hasta
ahora no se ha puesto porque nunca encuentra un motivo u ocasión para usarlo.
Sin
pensarlo dos veces, tomó el vestido, fue un impulso. Se
lo puso (con una blusa negra térmico, porque está haciendo algo de frío) y se
dirigió a donde estaban sus hijos. Entró en la
habitación, papá estaba dormido. En
cuanto entró, sus hijos le dieron la bienvenida con esos ojos grandes y
redondos y el mayor le dijo "¡que bonito vestido, te ves como una
mujer!" ... y el
pequeño dijo con su voz más dulce "¡mami! y la abrazó" Eso bastó para que ese día fuera especial. Aún
tiene sueño, sus ojos le arden por falta de horas de dormir, pero ella se
siente de maravilla, porque sus niños le hicieron el día con esas dulces palabras.
Se
peinó, se puso un poco de maquillaje y sonrió mientras los veía jugar. Papá
se despertó, la vio, levantó las cejas y dijo "wow". Ella
probablemente se quedará en casa, preparará la comida y la cena, jugará a los
caballeros y dragones, con ese vestido azul que le encanta, porque la hace
sentir especial.
Very cute!
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