Tuesday, 16 April 2013

De eventos fortuitos



A finales de noviembre me enteré que a mediados de abril habría una conferencia de escépticos en Manchester y que Richard Dawkins estaría entre los presentadores. Dado mi interés en los temas, compré mi boleto -justo dos días después se agotaron las entradas. Por cuatro meses, esperé con gran interés a que llegara el día. A principios de febrero decidí reservar mi alojamiento y para economizar, aparté una cama en una habitación compartida en un hostel a unas cuadras del hotel sede.
El jueves anterior al tan esperado fin de semana, se organizó un paseo para las familias del Family Network de la Universidad. Los niños y yo nos pasamos desde las 11am hasta las 4pm en un lugar muy divertido, llamado Creepy Crawlies. Subieron y bajaron toboganes, entraron en un laberinto de pasajes secretos acolchonados y sudaron como locos. Ru se quedó en casa porque tenía mucho por leer y escribir. A las 5.20pm estábamos de regreso, Ru se había ido a la oficina como a las 4pm, así que nos encontramos en la parada del autobús, para regresar juntos a casa. Para nuestra sorpresa, la chapa de la puerta de la cocina estaba forzada... alguien había entrado. Yo me quedé afuera con los niños, mientras que Ru entró a la cocina, tomó un cuchillo y subió a revisar. Me sentí aterrada, Iker estaba muy cansado y quería entrar, Iñaki no quería mojarse en la lluvia y yo con el pendiente escuchando atenta por si había algún ruido. Un minuto después, Rubén bajó y nos dijo que no había nadie. Entraron los niños y me fui a reportar lo que había sucedido al portero, quien llamó a seguridad de la universidad. A los 15 minutos, llegó la persona de seguridad y después de algunas preguntas y fotografías, llamamos a la policía, que en aproximadamente una hora llegó a la casa. Nos tomó la declaración y en ese momento iba pasando el provost del college, algo así como el director o decano, y tocó a la puerta y escuchó toda la historia. De rato llegó el cerrajero y más tarde me llamaron de la unidad de apoyo a víctimas de crimen para preguntar si nos encontrábamos bien. Para terminar el día, llegó la unidad de CSI para obtener huellas digitales en la puerta y comparar con su base de datos (luego vendrían a casa a tomar nuestras huellas para descartar). Afortunadamente a nosotros no nos pasó nada y no alcanzaron a robar, quizá escucharon a los vecinos y se espantaron, no lo sé. Ru es tan cauteloso que siempre guarda las cosas de valor en lugares que hacen más difícil la "chamba" de los ladrones, pero la idea de que alguien pueda entrar a tu casa es terriblemente perturbadora.
Al día siguiente, más visitas de la policía y de seguridad. También mi vecina de al lado llegó a comentarnos que esa mañana ya no estaba su bici en el patio, donde la había dejado asegurada con candado. Dos amigas vinieron a saludar y ofrecer su apoyo, son maravillosas y representan un apoyo emocional que agradezco muchísimo. Todo bien, el susto fue menor, pero así no se van a quedar las cosas. Hice un llamado a mis vecinos para unirnos y pedir que la Universidad tome acciones. Ya hubo una junta y aparentemente pronto sabremos el plan de acción para detener este tipo de incidentes, ya que nosotros no somos los primeros y a otros vecinos les han tocado historias más aterradoras, porque ha sido mientras ellos están en casa.
Después de un par de días tan extraños, el fin de semana tan esperado sonaba a un merecido descanso y una distracción de la desagradable experiencia en casa. Así pues, para sentirme un poco más segura, decidí cancelar la reservación en el hostel y mejor pagué por una habitación individual en un hotel que estaba justo cruzando la plaza que está frente al hotel sede. Perfecto, me quedaría a sólo unos pasos del lugar, yo solita, muy segura en mi habitación.
Next stop: Manchester

El sábado me levanté a las 5 am y para las 6.30 ya estaba estacionando mi bicicleta en la estación del tren. Compré un café y a las 6.55 ya iba de camino a Manchester... sería un fin de semana muy prometedor.
Saliendo de la estación caminé unos 10 minutos y llegué muy feliz y saludadora. Aquí me detengo para comentarles que muchas de las personas que asisten a estas convenciones no se caracterizan por sus social skills, así que no me sorprendió que ante mi sonriente "Morning", le siguieran rostros de asombro.
Apenas me iba a sentar cuando recibí un texto donde me informaban que me tenían un lugar apartado en primera fila, ¡wow! primera fila. Llegué y saludé a mis amigos, que habían llegado a Manchester desde la noche anterior. Sam y Rob son personas con las que comparto mucho y gracias a su información es que pude estar ahí. A las 10 en punto comenzó todo y debo decir que las presentaciones fueron de lo mejor, mi cerebro estaba como esponjita, queriendo absorber todo lo que escuchaba... me sentía feliz y el hambre no me importaba. A la hora del lunch sólo fui por un sandwich, no quería salir del hotel, así que comí ahí mismo en mi lugar, mientras comentábamos sobre las estrategias de solución de problemas en la policía inglesa, los mitos sobre el sexo y sus estadísticas a medias, juguetes científicos, el fraude de la llamada medicina alternativa, la terrible desinformación sobre los efectos de las vacunas y sobre la conversión de ambientalistas dogmáticos... todo era de lo más interesante. A las 5pm llegó el plato fuerte del día, Richard Dawkins entrevistado por Robin Ince. Fueron 50 minutos de respuestas a muchas de mis preguntas, de ideas que contribuyen a aclarar y ordenar mis ideas, me gustó y la disfruté mucho. Terminando, era la hora de cenar, así que directo a comer una rica pasta. La compañía y conversación fueron de lo más agradable, aún así, el dolor de cabeza que se dejaba sentir desde las 3 de la tarde estaba haciendo de las suyas, necesitaba descansar y quizá me iba a perder del social entertainment.
Me despedí de Sam y Rob después de haber comprado unas pastillas para el dolor de cabeza y crucé la plaza para ir a mi hotel. Como a las 8.20pm hice el check-in con la intensión de descansar, tomarme las pastillas y quizá cargar pila para salir de nuevo como a las 9.30pm y disfrutar del show de comediantes que se estaría presentando como parte del evento.
Pregunté al chico de la recepción si la puerta estaría abierta toda la noche, a lo que comentó que a partir de las 11pm y hasta las 7am se cierra, pero que podía timbrar para que me dejaran entrar. Como el dolor de cabeza no se iba, decidí mejor mandarle un texto a mis amigos y decirles que mejor me quedaría en el hotel. Puse la TV, le llamé a Ru para platicarle un poco del día y le dije que mejor me quedaba porque, además de lo cansada que estaba, me parecía un poco arriesgado andar caminando de regreso en la madrugada, aunque fuera sólo al cruzar una plaza. Lo último que recuerdo haber visto en la TV fue a Sandra Bullock confesando que no era la novia del chavo que estaba despertando en el hospital. Fue como a las 2.30am que me desperté y me di cuenta que había dejado la TV prendida (y la luz del baño también). Me levanté para apagar la TV, vi mi teléfono y mi iPod en el escritorio,  junto a mi cartera. Tomé la cartera, la puse en mi mochila, programé el despertador para las 8am en el iPod y regresé a la cama... (ahorita que estoy escribiendo esto, me comienzan a sudar las manos, se aceleran mis palpitaciones, siento frío, decido hacer una pausa).
De repente, escucho que alguien toca a la puerta. Decidí ignorarlo porque no había nadie que pudiera estarme buscando, mucho menos a esas horas de la madrugada. Después escuché que intentaron abrir la puerta, ahí pensé "de seguro un borracho que se equivocó de puerta, ahorita se va". Sin embargo, jamás contemplé como posible escenario lo que sucedió a continuación. De un sólo golpe y de la manera más abrupta, un pelado como de 1.80 de alto, cabello muy corto, casi rapado, tez blanca, ojos azules, complexión robusta, vestido con una sudadera gris y jeans, abrió mi puerta con una patada y entró a mi habitación. Mi primer reacción fue levantarme y decirle "you're in the wrong room". Su primer reacción fue disculparse y dar dos pasos atrás, noté que revisó con su mirada la otra cama vacía, el baño con la luz encendida pero vacío y yo sola, parada en medio de la habitación, a medio dormir y en pijamas. En ese momento, se dirigió hacia el tocador en donde estaban mis cosas, balbuceó algo que no logré entender y tomó mi teléfono y mi iPod diciendo "I'm taking these". Instintivamente me lancé hacia él, me aferré a su sudadera y comencé a gritar en la voz más robusta que jamás me había escuchado pronunciar "give it back, it's my family information, give it back"... mi iPod estaba en su bolsa izquierda, el teléfono en la derecha... no sé cuántas veces grité, quizá 15, o más... entonces le dije "I´ll give you money, give it back". En ese momento, metió su mano a la bolsa derecha y me asusté, reaccioné y supe que podía sacar un arma o un cuchillo, así que lo solté. Vi que sacó su mano y arrojó algo hacia la cama, entonces me gritó "There's your phone, give me the money, give me the money". Corrí hacia la cama, tomé el teléfono y con una fuerza y determinación que no me explico de dónde salió, me puse de pie y con voz firme le grité "Step out of my room, step out of my room", seguí gritando, él decía algo, porque movía la boca, pero yo no escuchaba nada, sólo seguía gritándole que se saliera de mi habitación, hasta que lo saqué y se fue corriendo hacia las escaleras. En ese momento me di cuenta que mi ropa estaba toda mojada, no me di cuenta que me había orinado. Me sentí totalmente vulnerable, asustada, incrédula... no sabía qué hacer. Fueron unos cuantos minutos, me parecieron eternos. Entré de nuevo a la habitación, marqué a la recepción y les dije brevemente lo que había sucedido. En esos siguientes segundos no recuerdo lo que hice ni lo que pensé. Me cambié de ropa, tomé mi mochila, me puse la chamarra y corrí hacia la recepción (mi habitación estaba al final del pasillo del primer piso). Ellos llamaron a la policía mientras yo les explicaba que un tipo había pateado la puerta y había entrado a mi habitación, que había forcejeado con él y que había logrado llevarse mi iPod. En ese momento me di cuenta que mi dedo meñique de la mano izquierda se estaba poniendo morado... comencé a sentir dolor también en el dedo anular y ya no los pude mover. Le llamé a Ru, eran las 3.20am. Le expliqué brevemente lo que había sucedido y le pedí que cambiara todos mis passwords, porque ese aparatito era mi conexión con el mundo, todas mis cuentas de correo, redes sociales y hasta línea telefónica directa a Monterrey estaban en ese iPod. La idea de que un desconocido tuviera esa información, las fotos y videos de mis hijos, me daba asco, estaba temblando del susto. Me ofrecieron otra habitación, pero yo pedí quedarme ahí en la recepción, porque en ese momento no sabía si el ladrón aún estaba en el hotel o si había logrado escapar. Todo era muy confuso, me ofrecían te, jugo, fruta... yo no quería nada, sólo quería irme a casa.
Poco antes de las 5am llegó la policía, una oficial muy amable de nombre Stacey me tomó la declaración. Cuando terminamos, me acompañó a la habitación para que pudiera tomar un baño, me daba pavor quedarme sola. Aproximadamente a las 6.30am, salí de bañarme y ella se fue. Me acosté y dormí un rato, pero como a las 8am que la gente comenzaba a salir de sus habitaciones y se escuchaba el ruido de abrir y cerrar de puertas, me dio por temblar, estaba tan asustada que pensaba que en cualquier momento volvería a pasar.  Bajé a desayunar, pero ni apetito tenía, sólo un cereal y fruta. Me dirigí a la recepción para hacer el check-out, eran otros empleados diferentes a los que me habían acompañado en la madrugada. Cuando les dije mi número de habitación, la chica de inmediato puso cara de angustia, me preguntó si me encontraba bien y me dijo que ya tenía lista mi ropa (que habían llevado a lavar). Me confirmó que el pago por la habitación ya había sido reembolsado a mi tarjeta y que la gerente se pondría en contacto conmigo al día siguiente. La policía iría a buscar huellas digitales en la puerta del hotel y quizá iban a necesitar las mías para descarte. Me preguntó si quería que alguien me acompañara, pero le dije que no, que me iría sola. 
 En cuanto puse un pie fuera, al ver a tanta gente me sentí nerviosa, iba caminando y muy atenta veía a mi alrededor, buscando los rostros de las personas, caminando lo más deprisa que podía. Fueron tres minutos muy largos, pero por fin ya estaba a salvo en el lugar de las conferencias. Todos saludando muy contentos después de una noche divertida, llegué yo a contarles mi historia no tan divertida. En ningún momento pensé "¿por qué?", simplemente entiendo que fue un evento fortuito muy desafortunado, ¿qué más?   
El resto del día fue de lo más interesante, disfruté cada una de las presentaciones, me sentí muy contenta de haber ido, porque aprendí cosas nuevas y porque esa información me ayuda a organizar y moldear mis propias ideas. Tenía mi teléfono en silencio, así que no pude contestar ninguna de las tres llamadas perdidas, ¿habrá sido la policía, o el hotel?, no lo sé. Aún y con lo mucho que disfruté la conferencia, una parte de mí ya quería estar en casa, así que en cuanto terminó todo, salimos a comer algo y a hacer tiempo mientras llegaba la hora de mi tren. Sam y Rob estuvieron conmigo, no me dejaron y eso se los agradezco profundamente, porque aunque yo me sentía muy valiente, creo que sola me hubiera entrado la paranoia. Ru y los niños fueron en bici a encontrarme en la estación y regresamos juntos a casa. 
Apenas han pasado dos noches, los ruidos de las puertas me hacen estremecerme, sé que esto pasará y estoy agradecida porque me encuentro bien. El hotel se puso en contacto, ya vieron en las cámaras y el tipo traía la cabeza tapada con la capucha de su sudadera, no logran ver su rostro y aún no me han dicho cómo logró entrar... el manager del turno de noche me dijo que una persona con una descripción similar a la que yo di había pateado la puerta principal, aún cuando estaba cerrada y el manager lo había confrontado, pero el tipo muy molesto le argumentó que era huésped, por eso, aparentemente, ya no hizo nada... y lo demás, es historia. Van a solicitar el pago del iPod por medio del seguro del hotel, aunque apenas vamos a comenzar con los trámites, no sé para cuándo tendrán respuesta y no sé si llegarán a atrapar al fulano o no. Estoy rastreando el iPod para poder bloquearlo, pero al parecer no lo han puesto online... la verdad que ni me importa el aparato, lo único que quiero es que se borre mi información, mis fotos y videos
No me enorgullezco de mi reacción, sé que puse en riesgo mi vida por algo que no vale la pena, fue instinto meramente. Espero que el escribir esta historia  me ayude a sacarla de mi mente.

4 comments:

  1. Mariana, estoy con el ojo lloroso, te quiero abrazar.

    Gracias a Dios solo quedo en cosas materiales y una experiencia espantosa.

    Los queremos mucho.
    T-

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  2. que fuerte Mariana! lo siento tanto, un abrazo bien apretado para ti, te lo doy en persona cuando te vea!

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  3. De esas cosas feas de la vida, pero a fin de cuentas, nada de lamentarse. Gracias Vero... =)

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